Las disfemias o tartamudez se definen como alteraciones del lenguaje que se caracterizan por espasmos y repeticiones debido a una mala coordinación de la ideomotricidad cerebral. Un ejemplo de disfemia es la tartamudez, de la que ya hemos hablado anteriormente.
La tartamudez es una alteración y una dificultad del habla, que suele ocurrir entre los 2 y los 5 años de edad, durante el proceso de aprendizaje del idioma. Se caracteriza por una interrupción o falta de fluidez en el lenguaje. El niño tartamudo sufre trabas involuntarias al hablar, prolonga y repite sonidos, sílabas o palabras, y sufre bloqueos mientras charla con alguien. La tartamudez no es una enfermedad, es uno de los problemas más frecuentes en las terapias del lenguaje, y que afecta más a los niños que a las niñas, en una proporción de 3/1. Corresponde al 1% de la población escolar. La tartamudez se caracteriza por: 1- Prolongación o repetición de palabras, sílabas, sonidos, etc. 2- Cambios en la velocidad del habla. 3- Alteración en el tono de la conversación. 4- Alteración de la respiración. 5- Excesiva tensión muscular en los órganos usados para el habla. 6- Aceleración en el ritmo cardíaco. 7- Temblores y nerviosismo. 8- Vergüenza, ansiedad, y frustración cuanto al habla. |